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Sanidad Navarra. UGT denuncia en el Parlamento de Navarra la situación crítica de la Atención Primaria.

Sanidad Navarra. UGT denuncia en el Parlamento de Navarra la situación crítica de la Atención Primaria.
 

 

La responsable de Salud de la Federación de Servicios Públicos de UGT de Navarra, Itziar Pérez, ha comparecido este martes en una sesión de trabajo en la Cámara foral, junto al resto de sindicatos presentes en la Comisión de Personal del Servicio Navarro de Salud (SNS), para exponer su visión sobre los problemas que afronta el servicio sanitario.

La situación es crítica por la falta de profesionales y la previsión de jubilaciones próximas sólo agrava la situación.

Los planes de estratégicos de atención primaria contrastan con la situación real.

 

Contenido de la comparecencia: 

Problemas que afronta el Servicio Navarro de Salud–Osasunbidea y su plantilla.

Desde UGT queremos comenzar nuestra intervención agradeciendo la invitación hecha por el Parlamento de Navarra para que expongamos, a nuestro juicio, cuáles son los problemas que afronta el Servicio Navarro de Salud – Osasunbidea y su plantilla.

Sin duda alguna el gran reto al que se enfrenta la sanidad navarra, es el de dar una cobertura sanitaria de calidad a una población cada vez más envejecida, y que como consecuencia de ello más demandante de servicios socio sanitarios. 

Este enorme reto que viene recogido en los diversos Planes Estratégicos de Atención Primaria, elaborados por el SNS-O a lo largo de estos últimos años; contrasta con la situación real que nos encontramos en la Atención Primaria, que muy lejos de estar preparada, se encuentra en una situación crítica, a causa fundamentalmente, de una acuciante falta de profesionales, especialmente del campo de la Medicina.

A continuación, expongo una serie de datos que nos sirven para ver la alarmante situación en que nos encontramos:

-    Según el “Estudio de Medicina y el médico rural en la actualidad” realizado por la La Vocalía de Médicos de Atención Primaria Rural del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos, la media de edad de los médicos rurales está por encima de los 50 años, y se calcula que, aproximadamente el 28% de los médicos se jubilarán en un plazo de 5 años. 

-    Se acercan años de jubilaciones masivas, pero si consultamos las cifras de los MIR que terminan su formación en la especialidad de Atención Primaria y Comunitaria, nos encontramos que en 2019, 2020 y 2021 se formaron un total de 72 especialistas, de los cuales sólo 29 se quedaron en Navarra. No sirve de nada, aumentar el número de plazas MIR, sino no conseguimos retener a nuestros profesionales, los cuales son fundamentales para asegurar el relevo generacional que ya se viene encima. 

-    La situación en la pediatría es aún peor si cabe, el 17% de las plazas de pediatría de AP en Navarra no están cubiertas. 

Esta situación de falta de profesionales, se agrava aún más en aquellas zonas rurales con gran dispersión geográfica, con una baja densidad de población y con una edad media de la población muy elevada. Donde el Servicio Navarro de Salud – Osasunbidea reconoce la existencia de plazas de “difícil cobertura”. Zona Básica de Altsasu, Olazti, Ziorida (prensa), Lumbier.  La falta de profesionales se traduce en sobrecarga laboral a los que se quedan trabajando, termina

El panorama que nos encontrábamos antes de la llegada de la pandemia de la Covid 19 era la de una Atención Primaria sobrecargada con todo lo que conlleva, pero que gracias al sobreesfuerzo de sus profesionales llegaba, a atender a la ciudadanía.

A  la realidad del envejecimiento de la población navarra, se ha presentado otro inesperado que es el de la pandemia de la COVID-19, y el enorme impacto que ésta ha tenido entre la población Navarra y su sistema sanitario, que ha servido para mostrar sus puntos fuertes y sus enormes debilidades en cuanto a la gestión: por un lado, de la atención sanitaria a la población, y por otro lado, en la gestión de los recursos humanos.

Respecto a la atención sanitaria: hemos visto cómo en el ámbito de la atención especializada gracias a la titánica labor de los profesionales y de sus gestores, rápidamente se reorganizaron los servicios: de la noche a la mañana se amplió el número de camas disponibles en las UCIs, unidades como las de endoscopias y cirugía mayor ambulatoria fueron transformadas en <<UCIS satélites>>, esenciales en ese momento para salvar la vida de los pacientes más graves, las distintas plantas de los hospitales navarros se transformaron en unidades para atender a pacientes de COVID, y muchos servicios se tuvieron que adaptar a acoger pacientes de especialidades distintas que les eran remitidos desde las reconvertidas plantas COVID.

Tal importancia adquirió en ese momento la atención especializada, que todos los indicadores relacionados con la atención sanitaria de la población en general, iban relacionados con el número de camas hospitalarias , el número de camas UCI disponibles y ocupadas, siendo la ciudadanía plenamente consciente del esfuerzo titánico que se hacía desde los hospitales de la Comunidad Foral.

Esta realidad que se ha vivido en la atención especializada, donde se concentran gran parte de los recursos humanos e inversiones del SNS-O, no se ha correspondido en el ámbito de la Atención Primaria donde la disponibilidad de recursos, tanto materiales como humanos, es mucho más reducida. 

Aquí el reconocimiento social, la admiración y los aplausos se han transformado en reproches, faltas de respeto y vejaciones tanto verbales como físicas a todos sus profesionales porque lo que se han encontrado en este primer nivel asistencial, básico y fundamental para la atención sanitaria de la población, es un sistema que desde hace ya tiempo estaba dando señales que apuntaban a una dificultad para atender los problemas de salud de la población, pero que con la llegada de la COVID 19 ha terminado de colapsar. La puerta para acceder a la atención sanitaria más básica se ha transformado en un enorme muro. Parte de la población ha terminado culpabilizando a los profesionales que trabajan en él, cuando en realidad la responsabilidad hay que encontrarla en los gestores que llevan décadas descuidando este ámbito asistencial. Valga nuestro enorme reconocimiento al personal administrativo de los centros de salud que son el primer contacto de la ciudadanía con el sistema sanitario, y en este momento de pandemia se les está utilizando como barrera de contención del malestar de la ciudadanía, y tienen que sufrir las constantes quejas de los pacientes ante la inefectiva respuesta de la Administración.

Respecto a la gestión de los recursos humanos, debemos decir que desde el primer momento la Dirección de Profesionales del SNS-O hizo todo lo que estuvo en sus manos para conseguir el máximo número de trabajadores para combatir esta maldita pandemia: se llamaron a todos los profesionales disponibles en las listas de contratación, se ampliaron las jornadas a aquellos profesionales  que tenían en ese momento un contrato a tiempo parcial, se ofreció el pago del complemento de productividad COVID-19….

Pasados esos primeros momentos muy duros, y tras las buenas palabras y reconocimientos por parte de los gestores hacia los profesionales sanitarios y no sanitarios, jamás se produjo una sola mejora laboral en la situación de la plantilla. A continuación, paso a enumerar algunos de los agravios que han sufrido las trabajadoras:

  1. Al personal sanitario de Osasunbidea, hace años se nos redujo el complemento de riesgo biológico del 10% al 2, 1 o nada en función de la unidad de trabajo. Desde UGT solicitamos que se vuelva a subir este complemento al mínimo del  10%.
  2. El asunto no quedó ahí, sino que fue a más y las trabajadoras que fueron contratadas bajo la figura del “contrato pool COVID”, y que desempeñaban su actividad en los servicios donde se atendían a pacientes con esta patología: UCI, plantas COVID, urgencias..…les fue denegado el mísero aumento del 1% del complemento del riesgo biológico, mientras que sus compañeros del mismo servicio estaban cobrando el 2%.
  3. El personal administrativo, de Servicios Generales (limpieza, cocina, información…) que fueron fundamentales en esta lucha contra la COVID-19, y que sufrieron contagios en el ámbito laboral al igual que otros colectivos sanitarios, no tienen reconocido el derecho al cobro del complemento de riesgo biológico. Desde UGT solicitamos que se incluya al personal no sanitario en el cobro de este complemento. Además queremos pedir la reversión al Servicio Navarro de Salud de  la gestión del servicio de limpieza, que se encuentra en su mayor parte en manos del sector privado.
  4. Los trabajadores que han suscrito contratos pool COVID viven en una angustiosa temporalidad, encadenando desde hace casi dos años contratos uno detrás de otro, sin tener la tan merecida estabilidad que se han ganado. Este fenómeno de la temporalidad, no es exclusivo de los contratos pool COVID, sino que se extiende a más personal. Es urgente reducir la alta tasa de temporalidad en el SNS-O.
  5. Para fidelizar al personal Administrativo de los centros de Salud es necesario mejorar sus condiciones laborales aumentando las plantillas, adecuando su  nivel retributivo, proporcionando una formación específica para el personal y estableciendo el ámbito único para la promoción.
  6. Esta pandemia ha dejado clara la importancia de los Técnicos de Enfermería dentro del sistema sanitario, con la incorporación de estos profesionales a la Atención Primaria y su papel en los servicios especiales, desde UGT solicitamos urgentemente la reclasificación profesional de este colectivo al nivel C.

Desde UGT sentimos que hay una terrible desconexión entre los despachos donde se toman las decisiones que afectan a la plantilla, y la realidad que viven los trabajadores en su centro de trabajo. El ejemplo más palpable de esta desconexión ha sido la convocatoria del último concurso-oposición de enfermería, según el estudio Mental-PRO-Covid, realizado por la UPNA en colaboración con el Colegio de Enfermería de Navarra, reveló que el 68,1% de las enfermeras presentan niveles preocupantes de depresión, ansiedad, insomnio y estrés postraumático. Este porcentaje aumenta en enfermeras que han trabajado en unidades de hospitalización de pacientes COVID-19 y residencias geriátricas. Pues en medio de esta angustiosa situación se convocó un importante proceso selectivo de enfermería, lo cual no hizo otra cosa que empeorar esta situación ya grave de por sí.

Para concluir, queremos pedir a todos los miembros del Parlamento de Navarra, que se acabe con la discriminación que existe respecto a la carrera profesional, que sólo se reconoce al personal sanitario fijo de nivel A y B.

 

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